Hoy los hombres ya no conquistan con palabras bonitas. El mundo gira y la
gente cambia, ¿qué sentido tiene revivir a Don Juan de Marco en una tierra en
el que las féminas deliran por un macho potentado que les enseñe a amar en
cuatro? El mundo se ha convertido en una esfera de boñiga y no tiene sentido
querer arroparlo con flores. Las rosas rojas pasaron de moda, pero no las
palabras; el amor romanticón agoniza y con él se desvanecen los Romeos. Es una
evolución divertida, no son los personajes más fuertes los que sobreviven,
sobreviven los más reales, aunque estos estén hechos de palabras.
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