sábado, 22 de diciembre de 2018

Villancico

Hoy la luna tiene náuseas 
tiene ganas de llorar

el hielo derrite al fuego
 una madre entona un villancico
y toca una guitarra que tiene como cuerdas
las tripas frescas del hijo de su vecina

al frente de su puerta

delante de todos los del barrio

de todos los que no hablan

de los que señalan con el dedo

de los que callan cuando ven al asesino que dibuja una golosa
con la sangre del que hasta hace dos minutos estaba vivo

guardan silencio

silencio


miran la crucifixión de un Cristo hecho con trapos

y tiemblan

mueven inquietos los dedos

zapatean

pero no dicen

miran

en silencio


en silencio


matan con silencio
ahorcan la culpa con rosarios

le donan a la iglesia
su biliar arrepentimiento
lo derraman en confesionarios

destierran el sabor amargo de su lengua
con el Pan
y el Vino
quefueronentregadosporvosotrosyportodosloshombresparaelperdondesuspecados

de sus pecados
los de otros
no los de ellos
ellos no pecan
para el perdón
de otros

callan

callan

mientras una madre llora

la madre del hijo sin tripas

del hijo que ahora suena


caminan sobre cáscaras de huevo

que son cráneos
que son muertos
los que ellos señalaron
a los que ellos no perdonaron
a los que según ellos Dios no quiere

a los muertos

a los muertos

a los muertos


hoy los grillos cantan fuerte
para morir con la primera nota
prefieren la muerte
a ser vecinos de lo humano


la noche de los cristales rotos se repite
se repite
se repite

y de tanto repetirse

ya no suena
ya no suena

ya no suenan los cristales

siguen rotos
mudos

ya no suenan


hoy la noche se repite
la  noche fea que no cesa

hoy la eterna noche se repite

esa horrible noche

la noche en que

según el libro sagrado

Dios murió de frío