Un día es un cardumen de veinticuatro peces muertos
que flotan sobre un mar
de gelatina
un hombre desnudo frente al espejo
que se mira y se recuerda porqué odia a los cerdos
una taza de chocolate
que hace más de trescientos sesenta y cinco días
dejó al azúcar sentado en una sala de espera
con un reloj
sin pilas
Una caricia
al ala
de una mariposa
con un guante
de lija
con un pico
de botella
la gota de limón
que hierve en la herida que aún no sana
Un día es algún día
el hueco que queda
después del ojo afuera
un banquete ofrecido por Isabel II
el día que el hambre abandonó a la tierra
Un día es un cardumen
de peces
veinticuatro
muertos
que flota
sobre un mar
de gelatina