miércoles, 7 de octubre de 2015

Esta cabeza mía.

No sé qué pasa cuando uno cierra los ojos.

Ojalá y uno pudiera programar los sueños, esos que uno tiene cuando está dormido.
No es la primera vez que pasa....
no es la primera vez que apareces...
y siempre me levanto con la misma sensación...
la sensación de no saber que pensar.

Tendré que seguir preguntándole a Dios qué quiere de mi, de mi enredada cabeza y de ese corazón débil que se la pasa dando tumbos, golpeando puertas para ver si por fin alguien decide corresponderle.

Solo tengo la certeza de que sigo sola.

Aunque hago lo mejor para ser vista, soy real y doy todo lo que tengo,
no tengo el poder de opacar un espejismo.

Otra vez tú, con ese pelo enmarañado, una sonrisa gigante y por primera vez en mis sueños,

¡borracho!

¡Ja!

De todas maneras es lindo soñar contigo.
Verte así, gigantote con pinta de hombre malo queriendo esconder el corazón de oro al que alguna vez le hice una canción.

Lo malo de los sueños es que hay que abrir los ojos y seguir,
ya sé que tienes una compañera de viaje y decidí hace rato no sentirme mal por eso.

Por esto te voy a pedir un favor:

Deja mis noches en paz y,
cuando vuelvas a verme en vivo y en directo,
deja de mirarme como lo haces siempre.

Finjo y le hago creer a todos que no lo noto, que no me importa, pero solo logro reprimir escalofríos y risitas tontas para que luego se conviertan sueños...

Tendré que preguntarle a Dios qué hay detrás de todo esto.

¿Por qué sigo sola muy a pesar de tener e poder de enamorarme y amar sin miedo?...¿por qué sigues apareciendo en mis sueños?...
¿por qué tu sonrisa, tu pelo largo y enredado se quedan tan adentro?

¿Será que Él quiere secretamente que te espere para que el sueño de tener una casa en las montañas, amanecer con alguien para escribir y hacer canciones , con cuatro hijos y dos perros se haga real contigo?