lunes, 27 de septiembre de 2010

Hoy me di cuenta de que ya no tengo sueños.
Me doy cuenta de que los niños no vienen de las flores y de que el príncipe azul solo existe en los cuentos de hadas.
Suena a quejadera de tres pesos, pero no me estoy quejando.
Solo quiero exteriorizar de alguna manera lo que he venido sintiendo en estos días, algunos fríos y otros calientitos.
Ya no soy una niña, pero tampoco soy la más adulta de todas. He aprendido a acomodarme a lo que Dios me da todos los días, y a sacarle la lengua a mis principios cada vez que me conviene.
Y me conviene no sentir.
Siento que mi discurso se ha hecho denso y predecible. Barato, diría una amiga mia, pero pues es el que tengo. Ojalá y pudiera hablar con lenguaje florido acerca de lo que pasa en estos días....algo así como que se fue el horrible y frío inviero y que ha regresado la florida y eterna primavera.
Ojalá.
No es resentimiento, no es miedo, no es nada.
Solo que no quiero sentir.
Tengo el corazón anestesiado y no me interesa despertarlo.
Para qué? No me gustan las posibles respuestas a esa pregunta.
Según todos mi historia no puede tener un final feliz, ya debería irme y no querer peras del Olmo.
Soy feliz.
O mejor:
Estoy feliz, si se tiene clara la diferencia entre ser y estar.
Soy feliz hoy y este momento es mi eternidad.
No quiero llamarlo amor.
No quiero ponerle nombre a algo que existe a ratitos.
Solo quiero vivirlo.
Vivirlo con el corazón anestesiado, para que cuando llegue el momento del conducto no me duela, y si duele, pues que no duela tanto.
Así.
Sin fatalismos de novelón venezolano.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Yo también.

Yo también río,

yo también lloro,

también me da gripa,

así se sepa que la voz, con la ayuda inmarcesible de Dios obviamente, es lo que devuelve el alma al cuerpo.

También trabajo y también me canso...
Oro,
y,
¡cómo no!

también digo groserías.

También hago lo posible por ser feliz cada día, así escuche quejas por todas partes y los esfuerzos sean por ser mejor a veces parezcan inútiles.

También me gusta la música y pretendo hablar un par de lenguas.

También sueño.

También me desespero y siento que yerro.

Y sí.

Yerro demasiado.

Me doy cuenta de que soy del común,
de la misma carne y de los mismos huesos.
Los mismos miedos,
las mismas angustias
y la misma pereza.

También yerro

Y E R R O

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡yeeeeeeeeeeeeerrroooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!

Yerro y es eso lo que a veces le da un sabor raro y diferente a cada día.

¿será que yerro al volver atrás, pero esta vez con freno de mano?

¿Yerro al morir al soñar en vez de morir soñando?

No tengo idea de lo que me pasa por la cabeza.

Solo atino a decir que cuando uno hace planes Dios se ríe y que,
en el momento que Él lo dispone,
cambia la página sin preguntar nada.

¿Qué tienes para mi Papito?

Tengo una alegría inmensa en el corazón, que vivo solo yo, y sabes lo que siento. Pero sé que estoy cometiendo un acto vandálico que me hace feliz a ratos. Me estoy robando el amor de a poquitos. Tengo un secreto compartido que para mi vale oro y aún más que el oro mismo.

El tiempo

Tiempo es lo que necesito Dios

Dame mucho tiempo ...................

tiempo

solo tiempo.