sábado, 10 de septiembre de 2011

Una canción.

No importa qué tan lejos estés de mi.

Solo basta escuchar una canción para traerte de vuelta
y,

semejante hazaña,

hace que la sonrisa en mi cara ya no sea tan esquiva.



Te guardo celosamente

en una cajita de chocolates.

Fresquito pero a la vez calientito.

Como se guardan los tesoros...

las sonrisas,

los recuerdos de días felices.



Estás adentro,
muy adentro;
más adentro de lo que crees.


Y todos los días te echo un vistazo,
de cerca,
de lejos...
y lo que más me gusta
es mirarte cuando no me estás mirando.

Escucharte...
Mirarte...

Esa risa le devuelve la fe a mis días,

me da la suerte del que encontró el eslabón perdido,

y el corazón de quien acabó de ganarse la lotería.



Que bueno saber que existes y que para tenerte al lado,
solo necesito una canción.


Una canción que me devuelve la vida,

los sueños

y la magia de lo que no sabemos si es verdad o mentira....

una canción que me devuelve más de diez años atrás,

cuando no tenía tanto miedo...



Una canción que te trae de vuelta

es una canción

capaz de devolverme la sonrisa.

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