viernes, 22 de julio de 2011

Y sí...

Uno puede enamorarse del frío
de la música
del dolor.

Uno puede enamorarse del viento
cuando le acaricia sin querer
el pelo.

Uno puede enamorarse del sonido de las gotas de lluvia
que al caer
puede ser
dulce,
erótico,
doloroso,
fatal.

Uno puede enamorarse de los sueños,
de las líneas de Bach
y de los colores de Tchaikovsky.

Uno puede enamorarse de la soledad,
de las ovejas que cuenta antes de dormir
y de las pesadillas de las que quiere despertarse.

Uno puede enamorarse del miedo,
de la angustia,
de la nostalgia,
y del deseo.

Uno puede enamorarse
de un cello,
de un piano,
de un fagot o de una flauta

de la música...

De esa que se escucha de fondo
en alguna escena de una película
y de la que lo acompaña a uno
cuando quiere cerrar sus ojos para siempre.

Uno puede enamorarse tantas veces y de tantas cosas.....

Enamorarme es mi vicio y como tal me hace daño.

Me enamoré de un ruido....de tu ruido y tu locura
de tus ojos
de tus manos y de la punta de tu nariz
de tus miedos
de lo que escuchas y de lo que no quieres volver a escuchar jamás.

Me enamoré de tus dedos sobre el piano
de tus ojos cerrados cuando tocas
y del justo momento en que los abres.

Me enamoré de tu voz,
de tus manos en las cuerdas de una guitarra prestada,
del cigarrillo que se quedó en mi carro
y del forro de la cámara
que tiene otro vicio adentro
también en mi carro.

Me enamoré de tu música
de tus fortes, de tus pianos
de tus sueños de dormido y de despierto.

Me enamoré de ti.

Y todos los días
te pienso
te amo
te quiero
te dejo
te olvido
te sueño
te miento
y
te creo...

Mi nuevo vicio tiene siete letras
un par de pecas desordenadas
y muchas ganas de volar.

Mi nuevo vicio tiene nombre de señor serio
una voz que me arrulla aún sin querer dormirme
y una locura prestada,
una locura que ata,
que me ata
y de la que no me quiero soltar.




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