martes, 29 de marzo de 2011

A propósito de ir a la luna.

Esta mañana me pasó algo muy bonito :)

Hacía mucho frío...

¿qué le vamos a hacer?

¡Me gusta mucho el frío!

No amanecí del todo contenta, pero tenía un motor que me movía con mucha energía para comenzar mi día.

Manejaba como todos los días que no hay restricción,

y bueno

parecía que iba a lloviznar, pero finalmente el sol no le permitió al agua arruinar ese gris celestial que cubría mi mañana.



porque también hay colores oscuros en el cielo.

Al pasar debajo de un puente,
una guitarra llamó mi atención
me sacó una sonrisa...

eran los acordes de una canción que no escuchaba hacía mucho tiempo

No por lo menos en la radio.

Era una de esas canciones que lo llevan a uno a la luna...

porque con una canción es posible llegar a la luna,

así los cráteres más cercanos a los que uno tenga acceso sean los que le pongo de frente al carro

y me recuerdan que no estoy en la luna

sino en mi fría Bogotá.

Es una canción que me seduce a escucharla una y otra vez

Una canción que me llena de frío...

de mucho frío,

de olor a tierra después de la lluvia

y de deseos de contar con ese príncipe azul inexistente para abrazarlo

muy

muy

fuerte,

con la excusa tonta de espantar el frío.

Hay canciones que uno no se cansa de escuchar.

Uno siente cada nota....

cada acorde...

cada color que se puede colar por las vibraciones...

por esa frecuencias casi celestiales.

Eso es lo bueno de la música


que uno no se cansa de escucharla...una y otra vez...

Eso satisface mi obsesión...esa obsesión por repetir momentos dulces...de esos que duran tan poco, pero que ¡pueden hacerle a uno sonreír tanto!

Eso es lo bueno de la música

diferente a lo que pasa con los libros.


Hay un libro que no he terminado de leer...
he prometido terminarlo todas las noches antes de irme a dormir,
pero me puede más el sueño.

Debe ser porque ya las páginas que he leído me han contado de a pocos el final que le corresponde.

Creo que ese final ya me lo sé. Ya lo he leído en otros libros.

¡Que pena!

Por más atractiva que haya sido su portada, por más coloridas que hayan sido sus líneas
hay libros que definitivamente no me interesa volver a leer.

¿qué sentido tiene leer historias diferentes con finales idénticos?

Muchas gracias

Pero no

Por el momento me seguiré escapando a la luna con la canción de turno que me quiera secuestrar en algún momento.

Seguiré haciéndole el quite a repetir libros ya leídos y me volaré de vez en cuando a tomar café con algún extraño.

Claro que esta vez le haré caso a mi mamá

Prometo no recibirle dulces ni contarle demasiadas cosas. Esta vez no quiero que se aburra y me deje hablando sola.








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