jueves, 7 de marzo de 2019

Síndrome de abstinencia




Abrió la ventana 
y ella estaba allí

sentada sobre el techo de la casa del frente
con una sonrisa sin dientes
con una melena enredada 
con una oreja pegada a la pared
con los ojos entornados
con la atención puesta en los gemidos de la vecina
que atravesaban la noche y el cemento de las paredes


cerró la ventana
cerró las cortinas
apagó la lámpara 
y se metió debajo de las cobijas
abrió los ojos
y respiró el negro
el negro que antes bebía de los pocillos
le cundía los ojos
y le acariciaba la piel por debajo de las cobijas


una garra le apresó el tobillo 



se hizo la muerta


pero el hambre de un limosnero le pateó el hígado



saltó de la cama



bajó a la cocina




prendió el fogón




hirvió el agua




preparó la infusión nocturna




besó al insomnio



y ella estaba allí

sentada sobre el mesón de la cocina
con una sonrisa sin dientes
con una melena enredada 
con una oreja pegada a la pared
con los ojos entornados
con la atención puesta en los gemidos de la vecina
que atravesaban la noche y el cemento de las paredes





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