domingo, 8 de mayo de 2011

Mientras me llega la hora

Dime que siempre vas a estar ahí

que no me dejarás caer

y que por más ruidosa que sea mi compañía
jamás vas a dejarme sola.


Dime que me amas a pesar de ser insoportable,

que me soportas aunque mi amor no sea tan bueno,

y que me acompañas así la luz de mis sueños se apague.


Dime que te gusta oír mi voz,

que me necesitas,

y que mi paseo por aquí no es del todo infructuoso.


Dime que soy importante para ti

a pesar de lo irrelevante que soy en cada espacio de esta tierra.


Dime que sonríes cuando me escuchas cantar

y que muy a pesar de mi tristeza

disfrutas lo que escribo

sin importar el destinatario.


Dime que te importo,

que me amas,

y que un día

- ese que ya tienes destinado para el despegue-

abrirás la puerta de tu casa,

me entregarás la partitura de tu obra

y me darás ese lugar que tanto te pido

en un coro de ángeles.

Ese que se dedica a cantar

para embolatar tu tristeza,

secar tus lágrimas,

y hacer saber

que más allá de este infierno

todavía hay alguna esperanza.



No hay comentarios:

Publicar un comentario