que no me dejarás caer
y que por más ruidosa que sea mi compañía
jamás vas a dejarme sola.
Dime que me amas a pesar de ser insoportable,
que me soportas aunque mi amor no sea tan bueno,
y que me acompañas así la luz de mis sueños se apague.
Dime que te gusta oír mi voz,
que me necesitas,
y que mi paseo por aquí no es del todo infructuoso.
Dime que soy importante para ti
a pesar de lo irrelevante que soy en cada espacio de esta tierra.
Dime que sonríes cuando me escuchas cantar
y que muy a pesar de mi tristeza
disfrutas lo que escribo
sin importar el destinatario.
Dime que te importo,
que me amas,
y que un día
- ese que ya tienes destinado para el despegue-
abrirás la puerta de tu casa,
me entregarás la partitura de tu obra
y me darás ese lugar que tanto te pido
en un coro de ángeles.
Ese que se dedica a cantar
para embolatar tu tristeza,
secar tus lágrimas,
y hacer saber
que más allá de este infierno
todavía hay alguna esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario